
Por lo visto lo último que podrían haber deseado era lo único que se mostraba real frente a ellos, una muralla de músculos negros cerraba el paso a la oportunidad de escapar impunes del castillo. Thorn miraba a la pareja enojado por todos los destrozos que habían ocasionado, y su deber como Purasangre era capturarlos junto con los demás intrusos.
-Déjanos ir amigo, solo queremos salir de aquí. No hemos hecho nada- dijo Neth. Pero la respuesta vino en forma de ataque. Thorn jamás iba a dejarles ir. Una rasta se abalanzó contra ellos y los dos la evadieron.
-La situación es simple. Ustedes son intrusos y yo un miembro cualificado para detenerlos, por lo tanto la razón le será dada a aquel que salga victorioso de la batalla, nada más- la voz del enemigo sonaba grave y profunda.
-Si es lo que quieres, adelante- El pelirrojo blandió sus sais frente a la mirada atónita de Neth, por lo visto tendrían que vencerle de verdad si querían escapar.
El lago estaba calmado detrás suyo, se encontraban justo en el único lateral del castillo, por donde habían entrado antes a buscar las armas, y más allá el mar, el vacío y el rompiente de las olas, que dejaban entrever lo salvaje del azul. El Purasangre se quitó la camiseta poco a poco, dando tiempo a los mercenarios de contar uno por uno los músculos de éste, y empezó a estirar luego de dejarla caer a un lado. Nethuns y Yappi habían podido apreciar que las rastas del oponente podían estirarse y contraerse a voluntad, lo que les dejaba en la incógnita del verdadero alcance de las mismas, y que si su estilo de combate era el de larga distancia como bien parecía, no tendría la necesidad de cultivar una masa muscular tan pronunciada. Esperaban un ataque directo como el de antes que poder esquivar, y eso fue lo que recibieron, pero esta vez de una magnitud muy superior, ya que no fue una rasta, sino dos serpientes hechas con su pelo, de unos tres metros de diámetro, las que se dirigieron veloces en dirección a los mercenarios. Debido al peso que tenían que soportar debajo del anda, los portadores necesitaban unas extremidades fuertes y una velocidad única que, al descargar el peso, se multiplicaba de manera exponencial, así que saltaron los dos hacia el cielo antes de que ninguna de las dos serpientes les tocara, pero esto no hizo que se detuvieran, ya que se enroscaron y siguieron creciendo hacia arriba rápidamente. Los dos mercenarios, que estaban suspendidos en el aire a muchos metros, juntaron sus pies para impulsarse cada uno en una dirección y así esquivar de nuevo el ataque que sin descanso les perseguía. Las serpientes pasaron de largo ante tal artimaña, pero enseguida giraron y siguieron tras Nethuns y Yappi. Éste último llegó con el salto a posarse sobre la fachada del castillo, y volvió a coger impulso para apartarse del camino del cabello de Thorn, que chocó contra el muro haciendo un pequeño agujero, y luego se dividió en multitud de tentáculos que empezaron a dar caza al pelirrojo en su vuelo.
Nethuns por otro lado aterrizó de pie en la hierba a la espera del enemigo. Preparó el puño y su arma brilló desafiando los rayos del sol, pero cuando conectó el golpe de frente solo provocó que la serpiente frenara un poco, y como consecuencia del contacto físico, el pelo comenzó a enredársele por todo el brazo, amenazándole. No había sido buena idea. Yappi lo vio y rápidamente se dirigió allí corriendo por el suelo, pero casi fue tragado por una serpiente que Thorn había lanzado al combate, y al abalanzarse sobre Neth cortó con sus sais el cabello que le estaba oprimiendo. Lo cogió y evadió todo el cabello que les perseguía retrocediendo en dirección al lago. Allí se recompusieron en un segundo y volvieron a subir la guardia frente a los ataques de Thorn.
Nethuns se quitó los cabellos del brazo.
-Parece que cuando le cortamos el pelo, ese tío pierde el control sobre el mismo-
-Si pero no creo que debamos basar nuestro ataque en eso, recuerda que puede alargarlo todo lo que quiera-
Un nuevo ataque hizo que se separaran otra vez, pero ahora corrieron hacia Thorn en ofensiva, que se mantenía cruzado de brazos desde el inicio de la batalla. Neth esquivaba la melena de éste como podía pero no podía avanzar mucho sin ser rodeado por ella, y Yappi aún con sus sais tampoco pudo acercarse demasiado.
-¡No puedo acercarme más!-gritó.
Entonces una ola de pelambre les inundó y los agarró fuertemente, una ola que se extendió por casi todo el lugar y llegó hasta casi el primer piso del castillo, como una tormenta desatada llena de columnas que se alzaban y se derrumbaban intermitentemente. La pareja quedó atrapada y empezó a moverse sin control por dentro de la maraña de pelo, sintiendo la presión por todo el cuerpo y perdiendo la noción del espacio, pero el joven mercenario pudo reaccionar a tiempo y accionó el último de sus mecheros, creando un hilo que viajó raudo por la tormenta, incinerando todos los pelos que les oprimían y así pudieron liberarse, con el fuego como protector. Thorn al ver el ataque de su oponente retiró el cabello, que quedó flotando en el aire a una distancia prudencial de sus enemigos. Nethuns y Yappi consiguieron respirar de nuevo, asqueados y mareados de tanto pelo, y el pelirrojo llamó al fuego para que permaneciera a su lado, ya que no debía malgastar ni una pizca de gas.
-Veo que tu poder podría causarme unos cuantos problemas, así que por esta vez os probaré también de otra manera- dijo Thorn, y acto seguido empezó a correr lentamente hacia ellos. Los mercenarios se sorprendieron un poco pero vieron que el Purasangre incrementaba la velocidad poco a poco. Si dejaban que les diera semejante golpe, sin duda morirían.
Los dos pudieron esquivarlo fácilmente pero él siguió corriendo hacia delante sin parar hasta que finalmente frenó.
-Parece que es bastante lento y pesado, y que por eso su poder se basa en su melena-
-¿Entonces su musculatura no es su poder, sino su desventaja?-
-Ahora veréis- dijo él, y golpeando con sus rastas al suelo se impulsó hacia Nethuns con el puño en alto, provocando que éste también quisiera contraatacar de la misma manera, pero en el último segundo se dio cuenta de que era una locura comparar su fuerza y esquivó el puñetazo hacia atrás de milagro. Sin embargo, sin darle tiempo a reaccionar, Thorn enroscó un pie de Neth con una de sus rastas y lo lanzó contra Yappi intentando desconcentrarlo para poder conectar un golpe demoledor después de volver a impulsarse, pero Yappi no hizo caso y esquivó a Neth con una voltereta de lado empuñando su sai y parando el puño de Thorn con un corte del mismo, a la vez que rodaba en el suelo y aparecía en su espalda junto con una bola de fuego que lanzó contra él. Thorn se giró para protegerse el pelo pero al hacerlo le dio a Nethuns la oportunidad perfecta de acercársele por la espalda y utilizar su gran fuerza en arrancar dos grandes mechones de la cabeza de su enemigo, ya que aunque pudiera alargarlo a voluntad, no había mostrado el poder de hacerlo crecer de nuevo. Inmediatamente después y olvidándose de las quemaduras de su pecho, el Purasangre volvió a girarse, esta vez gritando de rabia a causa del tirón de pelo y lanzó a Nethuns por el aire con un manotazo espectacular, dejando a Yappi boquiabierto y preocupado hasta que Thorn intentó hacer lo mismo con él y tuvo que saltar hacia atrás para esquivarlo.
-¡No saldréis nunca de aquí!- gritó con todas sus fuerzas a la vez que lanzaba todo su potencial contra el pelirrojo. Yappi no tuvo más remedio que gastar la mitad de su último mechero en crear llamaradas capaces de enfrentarse a su enemigo. Cada cabello que intentaba acercarse era convertido en ceniza y sustituido por otro cabello todavía más rápido. El fuego bailaba entre la oscuridad de la maraña y cortaba los hilos que alcanzaban a su amo a la vez que éste los cortaba con sus sais, hasta que en un momento determinado se vio tan acorralado que creó un escudo con las flamas naranjas que hizo retroceder un poco a Thorn, pero la inmensidad de la melena hizo que tuviera que gastar todo el gas que le quedaba en crear un remolino de fuego que le rodeara impidiendo la entrada de cualquier hebra. Pero el orgullo de Thorn no iba a ser detenido ahora por nada del mundo, así que después de un instante de reflexión y de una mirada de desafío, ordenó a su cabello que cruzara el remolino y atrapara a Yappi aunque le costara caro. Entonces, una gran muralla de pelo cubrió el sol y embistió el remolino con toda su furia, pero al ver que esto no funcionaba, cambió de táctica, y creó su propio remolino alrededor del de Yappi, succionando todo el oxígeno que necesitaba para mantener viva la llama que le guardaba, y así, rodeado de muerte y de tentáculos que no paraban de girar, Yappi vio en un pequeño punto del cielo una nube que le sonreía. Un azul inquietante distorsionando la luz y reflejando la claridad del día.
Desde dentro no lo pudo distinguir, pero desde fuera Thorn tembló ante tal espejismo.
Una ballena, más grande que cualquier torre, se cernía sobre su cabeza con la intención de dejarse caer sobre él.
Una gigantesca ballena.
Una ballena de agua.
5 comentarios:
no se xk xo este cap no m deja ponerle n l mismo formato, asta k lo arregle disfruten de la batalla XD
jajajja q graciosa la batallita de las rastas!
escuxa una cosa que es una sai?
me imagino q sera una arma no?
si, stava n l antiguo glosario =)
estaba en el antiguo glosario y que lo cambiaste gracias a mi....
es lo que llevaba una de la tortugas ninja para luchar jeje
Weno ya me he puesto al día ;)
Publicar un comentario